martes, 28 de julio de 2015

La gran mentira del genocidio español

JOSÉ JAVIER ESPARZA Y ANTHONY ESOLEN
 
 



De todas las mentiras que he escuchado a lo largo de mi vida sobre asuntos históricos, quizá entre las que más me molestan estén las relativas al papel ejercido por España en América. Las que conforman laLeyenda Negra” que acusa a España de genocida y esclavizadora de los pueblos americanos durante la Conquista. Y me molestan porque son acusaciones falsas e infundadas, que a base de ser repetidas e introducidas con calzador en el ideario popular, hemos acabado por creérnoslas hasta los propios españoles.
 
Todo proceso histórico conquistador o colonizador conlleva el uso de la violencia y de las armas. Si bien el Imperio Romano invadió y conquistó España desde el siglo III A.C., arrasando y aniquilando a nuestros antepasados celtíberos, lusitanos, astures o cántabros, a nadie con un mínimo de inteligencia se le ocurriría hoy decir que Roma es la culpable de “la aniquilación de España” y del “sometimiento injusto” de nuestro pueblo. Más bien, los españoles mantendremos una deuda eterna con Roma por habernos dejado un legado inigualable tras su paso, latinizándonos y regalándonos su influencia y su organización. Algo parecido, o quizá de superior magnitud, sucedió en lo que respecta a la transmisión de riqueza a América tras nuestra llegada. La diferencia, sin embargo, es que el Imperio Romano no tuvo la mala suerte de contar con un enemigo anglosajón que volcara sobre él durante siglos infinitas mentiras y leyendas destinadas a diezmar su legitimidad y grandeza incontestables.
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Estructura de la Iglesia de las catacumbas

 
Fuente: Defiende tu fe

CARTA A UN AMIGO

 
Dr. Jorge Rodríguez Reyna
 
 
 
 
 
 
 
Mi querido amigo:
 
Me alegra que valores el amor y aprecio que tengo por tu madre. Es que como el sentido común lo muestra, es evidente que ella ha influido mucho en tu forma de ser. Por algo se dice que los hijos son reflejos de la madre. Hasta en tu forma de hablar se evidencian las mismas palabras de quién te llevó en su vientre. Y si tú me la presentaste no puedo menos que quererla: ella se hace amar.
 
Pues siendo así, y contando con tu beneplácito, no logro entender el porqué te molesta que yo ame tanto a la Madre de mi Señor Jesús. Si tú eres mi amigo y puedo amar a tu mamá - por las razones expuestas - ¿cómo es que no amaría a la Madre de mi Salvador? ¿O es qué piensas que Jesús se pondría celoso de que yo ame a su Madre? ¿No te das cuenta que Jesús debe sentirse honrado, cada vez que honramos a su Madre, lo mismo que tú te sientes orgulloso cuando alguien habla bien de tu propia mamá?
 
Es puro sentido común, mi buen amigo: no se necesita más que un poquito de humildad para entenderlo. Sólo se requiere entender que Jesús no es celoso, porque Jesús es Dios y Dios es amor. Si no me crees a mí, créele a la Escritura ("El amor no tiene celos" 1Cor 13,4).
 
Oraré por ti, para que abras tu corazón a la plena verdad. Dios te bendiga.
 
PD: saluda a tu madrecita (supongo que no te molestará).