Dr. Jorge Rodríguez Reyna
Hace poco leía la publicación de alguien a quien
aprecio mucho, pidiendo un solo versículo bíblico que mencionara la veneración
de los apóstoles a María, la Madre del Señor. Y aunque la Biblia no es un
diccionario ni catálogo donde debamos encontrar literalmente todo lo que
creemos, no se me había ocurrido anteriormente que pudiera existir dicho
versículo, sin que eso signifique por supuesto, de que los apóstoles no hayan
venerado a la madre de su Maestro y Señor.
No es necesario ser muy versado en las cosas de la
vida, para notar que toda buena persona siempre respeta y muestra una estima
especial a la madre de sus amigos. Con cuánta mayor razón debieron los
apóstoles tener un cariño y aprecio especial a la Madre de Jesús, pues sabían
que era aquella mujer que además de llevarlo en el vientre por 9 meses, le enseñó
las primeras palabras, le enseñó a caminar, le alimentó, le arrulló y en fin,
le dio todo el amor que una madre sabe dar a sus hijos.
Por otra parte, es lógico que los apóstoles confiaban
en María, pues de ¿dónde
piensan que Mateo y Lucas obtuvieron la información para redactar los primeros
capítulos de sus Evangelios? Y la respuesta es: naturalmente de María, quien
como nos dice la Escritura: “Guardaba
todas estas cosas, meditándolas en su corazón.” (Lucas 2:19).
Y mis
queridos amigos, todo lo que acabo de mencionar es una forma de veneración,
pues involucra tanto el respeto, el honor y la confianza en María, de parte de
los apóstoles. Y si les quedan dudas veamos el significado de “venerar” según
el diccionario:
venerar
Del lat. venerāri.
1. tr. Respetar en sumo grado a alguien por su santidad, dignidad o grandes
virtudes, o a algo por lo que representa o recuerda.
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Pues entonces, ¿cómo
no respetar (venerar) a la madre de Quien les llamó amigos, a la madre de su
Señor y Salvador? Pensar que los apóstoles no veneraban a María, les
convertiría en malos cristianos. Si hasta los no creyentes saben respetar a las
madres de sus amigos, ¡con cuánta
mayor razón debieron respetar (venerar) los apóstoles a María!
Pero sé que con todo lo
expuesto, habrá todavía algunos incrédulos que seguirán exigiendo una cita
literal en la Biblia para aceptarlo. Ellos son de aquellos que piensan que la
Biblia es un índice de palabras donde podemos encontrar absolutamente todo lo que
creemos. Bien, mis queridos amigos, les compartiré la cita del capítulo 19 del evangelio
de San Juan (tomado de la versión protestante Reina-Valera):
26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él
amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde
aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Si Jesús entregó a María como madre del apóstol Juan,
es natural que desde entonces éste, además de comenzar por llamarla “madre”
tuvo que tratarla como tal. Y la Escritura dice:
8 No desprecies la
dirección de tu madre (Proverbios 1:8)
Pero sobre todo la cita más
importante:
12 Honra a tu padre y a tu MADRE, para que tus días se alarguen en la
tierra que tu Dios te da (Éxodo 20).
Si los
apóstoles eran fieles cumplidores de la Palabra de Dios, era obvio que Juan
tuvo que cumplir estos versículos con la nueva Madre que Jesús le entregó en la
cruz. Y honrarla, mis amigos, es venerarla.
Cuando Jesús
entregó a María como madre de Juan en la cruz (y en él a todos los cristianos)
le estaba ordenando además, honrarla como tal, pues eso manda la Escritura. Y
honrar a alguien es venerar a dicha persona.
Por tanto,
bíblicamente podemos inferir con justa razón que los apóstoles veneraron a
María.
AD MAYOREM DEI GLORIA