Dr. Jorge Arturo Rodríguez Reyna
Otra cosa que frecuentemente nos cuestionan los hermanos separados es el por qué nuestro respeto especial a vestimentas, utensilios o restos mortales, pertenecientes a alguna persona santa. En esto hay que responderles que no es que consideremos que dichas reliquias tienen un poder especial en sí mismas, pero sí creemos que Dios, por su poder y valiéndose de nuestra fe, las puede utilizar como medios para concedernos un milagro, una bendición, una gracia; siempre y cuando, lógicamente, vaya de acuerdo con su voluntad. En la Escritura, encontramos algunos ejemplos sobre el particular:
2 Re 13.21 Pero el hombre, al tocar los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso de pie.
Mt 14.36 Le rogaban que los dejara tocar al menos el fleco de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron totalmente sanos.
Mc 5.28-29 ‘Si logro tocar aunque sea su ropa, sanaré’. Al momento cesó su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba sana.
Mc 6.56 Ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejara tocar al menos el fleco de su manto.
Hch 5.15 Para que por lo menos su sombra (de Pedro) cubriera a alguno de ellos.
Hch 19.12 Hasta el punto que imponían a los enfermos pañuelos o ropas que él (Pablo) había usado, y mejoraban.
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