martes, 28 de julio de 2015

CARTA A UN AMIGO

 
Dr. Jorge Rodríguez Reyna
 
 
 
 
 
 
 
Mi querido amigo:
 
Me alegra que valores el amor y aprecio que tengo por tu madre. Es que como el sentido común lo muestra, es evidente que ella ha influido mucho en tu forma de ser. Por algo se dice que los hijos son reflejos de la madre. Hasta en tu forma de hablar se evidencian las mismas palabras de quién te llevó en su vientre. Y si tú me la presentaste no puedo menos que quererla: ella se hace amar.
 
Pues siendo así, y contando con tu beneplácito, no logro entender el porqué te molesta que yo ame tanto a la Madre de mi Señor Jesús. Si tú eres mi amigo y puedo amar a tu mamá - por las razones expuestas - ¿cómo es que no amaría a la Madre de mi Salvador? ¿O es qué piensas que Jesús se pondría celoso de que yo ame a su Madre? ¿No te das cuenta que Jesús debe sentirse honrado, cada vez que honramos a su Madre, lo mismo que tú te sientes orgulloso cuando alguien habla bien de tu propia mamá?
 
Es puro sentido común, mi buen amigo: no se necesita más que un poquito de humildad para entenderlo. Sólo se requiere entender que Jesús no es celoso, porque Jesús es Dios y Dios es amor. Si no me crees a mí, créele a la Escritura ("El amor no tiene celos" 1Cor 13,4).
 
Oraré por ti, para que abras tu corazón a la plena verdad. Dios te bendiga.
 
PD: saluda a tu madrecita (supongo que no te molestará).

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