Dr. Jorge Arturo Rodríguez Reyna
Muchos amigos que viven fuera de nuestra Iglesia Católica, dicen que ellos solamente siguen e imitan a Cristo y a nadie más, que no necesitan otro modelo de vida que el de Jesús. Nosotros los católicos también pensamos igual, pero no olvidemos que como integrantes de la Iglesia, todos somos parte del Cuerpo Místico de Cristo, es decir, la Iglesia. Por lo tanto, el imitar las virtudes de una persona en particular, santa, no niega ni contradice lo anterior; puesto que todas las cosas positivas que posea esta persona santa son gracias a Jesús que actúa en ella y a través de ella. En otras palabras, cuando imitamos a un santo o persona virtuosa, es al mismo Cristo a quien imitamos. En todo caso, para que no queden confusiones al respecto, veamos lo que la misma Palabra de Dios nos dice:
1 Cor 4.16 Por lo tanto les digo: sigan mi ejemplo.
1 Cor 10.33 Hagan como yo, que no busco mi propio interés sino el de los demás.
1 Cor 11.1 Sigan mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.
Filip 3.17 Sean imitadores míos, hermanos, y fíjense en los que siguen nuestro ejemplo.
Gal 4.12 Les ruego, hermanos, que me imiten a mí.
1 Tes 1.6-7 A su vez se hicieron imitadores nuestros y del mismo Señor. De este modo pasaron a ser un modelo para todos.
1 Tes 2.10 Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos portamos como santos, como hombres buenos y correctos …
1 Tes 3.12 Que el Señor los haga crecer más y más … y en el amor para con todos, imitando el amor que sentimos por ustedes.
2 Tes 3.7 Ya saben como tienen que imitarnos.
2 Tes 3.9 Teníamos, por supuesto, el derecho de actuar en otra forma, pero quisimos ser para ustedes un modelo que imitar.
1 Tim 1.16 Y fuera así un ejemplo para todos los que han de creer en él.
1 Tim 4.12 Trata de ser el modelo de los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu caridad, tu fe y tu vida irreprochable.
Tit 2.7 Tú mismo serás un ejemplo para ellos cuando vean tu conducta, tu enseñanza desinteresada, tu honradez …
Heb 6.12 No se vuelvan flojos, sino mas bien imiten a aquellos que por su fe y constancia consiguieron al fin lo prometido.
Heb 13.7 Acuérdense de sus dirigentes que les enseñaron la palabra de Dios; miren como dejaron esta vida e imiten su fe.
Stgo 5.10 Consideren, hermanos, lo que han sufrido los profetas que hablaron en nombre del Señor y tómenlos como modelo de paciencia.
1 P 5.3 Sino mas bien traten de ser un modelo para su rebaño.
En los textos citados, vemos cómo a través de la Palabra de Dios, se nos hace el llamado a imitar a las personas de vida virtuosa; es decir, a aquellos que viven en la santidad. Incluso, y en especial San Pablo, llama a sus lectores a imitarle a él, sabiendo que de esta forma, estaba invitando a imitar a Cristo que vivía en él (Gal 2.20).
Ad mayorem Dei gloria
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