Dr. Jorge Arturo Rodríguez Reyna
Algunos hermanos separados se escandalizan o por decirlo bíblicamente “se rasgan las vestiduras” al ver que nosotros los católicos brindamos reverencia, es decir un respeto especial, a nuestro clero: al Papa, Obispos e incluso a nuestros Presbíteros (sacerdotes). Pero, todo esto no tiene nada de extraño, puesto que en la Palabra de Dios, podemos encontrar un gran número de citas que nos muestran que no existe nada de malo en mostrar reverencia (veneración) a ciertas personas. Claro, no hay que confundir la reverencia con la adoración, la cual sólo y exclusivamente se debe a Dios, pero mientras sea una señal de respeto, cariño o admiración, no está condenada por la Biblia, como podemos leer a continuación:
Gn 33.3 El (Jacob) mismo… se inclinó siete veces hasta el suelo antes de alcanzar a su hermano.
Gn 33.6 Se acercaron las siervas de Jacob con sus hijos e hicieron profunda reverencia (ante Esaú).
Gn 33.7 Se acercó Lía con sus hijos y se postraron; por último … José y Raquel y se postraron (ante Esaú).
Gn 48,12 José … se postró delante de su padre hasta tocar el suelo con la cara
Gn 49.8 ‘A ti Judá, …, tus hermanos se inclinarán ante ti’.
Ex 18.7 Moisés salió al encuentro de su suegro, le hizo una profunda reverencia y lo besó.
Jos 5.14 Josué se postró rostro en tierra ante el ángel.
1 Cr 29.20 Y se arrodillaron para postrarse ante Yavé y ante el rey.
1 Cr 21.21 (Ornán) salió de la era para postrarse ante él (David), rostro en tierra.
1 Re 1.16 Entró, pues, Betsabé al cuarto del rey (David)… Se arrodilló delante de él, inclinándose hasta el suelo.
1 Re 1.23 (Natán) se presentó ante él (David), inclinándose profundamente.
1 Re 1.31 Betsabé se arrodilló, inclinándose profundamente hasta el suelo, y exclamó: ‘¡Qué viva por siempre mi señor, el rey David!’.
1 Re 2.13 Adonías, hijo de Jaguit, fue a encontrar a Betsabé, madre de Salomón, y se postró ante ella.
1 Re 2.19 Se levantó el rey (Salomón) para recibirla y se postró ante ella (su madre Betsabé).
1 Re 18.7 Lo reconoció Abdías y, cayendo con el rostro en el suelo (ante Elías).
2 Re 1.13 Este (el jefe), al llegar, cayó de rodillas ante Elías.
2 Re 2.15 Del otro lado lo vieron los hermanos profetas de Jericó. Le salieron al encuentro, se arrodillaron ante él (Eliseo).
2 Re 4.27 Llegó hasta el hombre de Dios (Eliseo) y se abrazó a sus pies.
2 Re 4.37 Y, cuando llegó, Eliseo le dijo; ‘Toma tu hijo’. Ella se postró a sus pies y luego salió, llevándose al hijo.
1 Sam 24.9 Saúl se volvió para mirar y vio que David estaba inclinado hasta tocar el polvo con su cara.
1 Sam 25.23,24 Cuando Abigail divisó a David, se bajó de su burro, se inclinó ante él y se postró en tierra. Echándose a sus pies …
1 Sam 25.41 Ella (Abigail) postrándose en tierra dijo: ‘No soy mas que una esclava para lavar los pies de los que sirven a mi señor David’.
1 Sam 28.14 Saúl comprendió que era Samuel, y se postró hasta tocar el suelo con su cara.
2 Sam 1.2 Al tercer día, llegó un hombre del campamento de Saúl. Al llegar a David, se agachó tirándose al suelo.
2 Sam 9.6 Llegando al lado de David, Mipibaal, hijo de Jonatán y nieto de Saúl, se inclinó hasta tocar el suelo con su cara.
2 Sam 14.4 La mujer fue, pues, a ver al rey, se inclinó hasta tocar el suelo con su cara y dijo: ‘Ayúdame, rey’.
2 Sam 14.22 Joab se puso de rodillas con el rostro en tierra y bendijo al rey (David).
2 Sam 16.4 Y Sibá, arrodillándose, le dijo: ‘¡No sé como agradecértelo, oh rey (David), mi señor!’.
2 Sam 18.28 Arrodillándose delante del rey (David), Ajimás le dijo: ‘Oh rey, bendigamos a Yavé, tu Dios’.
2 Sam 24.19 Cuando Areuna vio pasar al rey (David) … salió y se postró en tierra.
Dn 2.46 Al oír esto, el rey Nabucodonosor se arrodilló delante de Daniel y ordenó que se le ofreciera un regalo.
Tob 12.15 Temblaron entonces (Tobías y Tobit), y los dos cayeron con el rostro en tierra (ante el ángel Rafael).
Rut 2.10 Al oír esto, Rut se inclinó profundamente hasta el suelo y le dijo (a Booz)…
Jd 14.7 (Ajior) una vez recuperado, se arrodilló a los pies de Judit y le dijo: ‘Bendita seas en toda Judá …’
Mt 18.26 ‘El empleado, pues, se arrojó a los pies del rey, suplicándole’.
Mt 18.29 ‘El compañero se echó a sus pies y le rogaba’.
Hch 16.29 El hombre … después de encerrar bien a los demás presos, se arrojó temblando a los pies de Pablo y Silas.
Un hermano separado me escribía alguna vez, diciéndome que las reverencias sólo las encontramos en el Antiguo Testamento, pero como podemos ver en las tres últimas citas, también las encontramos en el Nuevo Testamento. Para contradecir lo anterior, él decía que Pedro no dejó que Cornelio se arrodillase (Hch 10.25-26), lo mismo que el ángel no dejó postrarse a Juan en el relato del Apocalipsis (Ap 19.10). Si bien lo anterior es cierto, lo es a medias, pues en ambos casos se refiere que Cornelio y Juan se postraban con la intención de adorar (lo que sólo se debe hacer ante Dios) y es por tal motivo que fueron prohibidos de arrodillarse. En el ejemplo de Pablo y Silas, vemos que ninguno de ellos prohibió al carcelero postrarse, pues en este caso el carcelero no estaba adorando, lo que sí ocurría en los otros casos, ya mencionados.
Ad mayorem Dei gloria
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