Dr. Jorge Arturo Rodríguez Reyna
Por supuesto que sí. No es nada extraño que podamos ser bendecidos por un hombre de Dios, como un Obispo o un presbítero (sacerdote). Ejemplos varios sobre esto los encontramos claramente en las Sagradas Escrituras:
Gn 14.19 Melquisedec bendijo a Abram, diciendo: ‘Abram, bendito serás del Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra’.
Gn 27.7 ‘Vete a cazar y prepárame un guiso, para que yo lo coma y te pueda bendecir ante Yavé, antes de morirme’.
Gn 27.27 Jacob se acercó y lo besó. Al sentir Isaac el perfume de su ropa, lo bendijo.
Gn 49.26 Las bendiciones de tu padre han sobrepasado a las bendiciones de los montes seculares.
Nm 6.23 ‘Di a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los hijos de Israel. Dirán: ¡Yavé te bendiga y te guarde!’.
Dt 33.1 Estas son las bendiciones que Moisés dio a los hijos de Israel antes de morir.
1 Re 8.14 El rey (Salomón) se volvió para bendecir a toda la asamblea de Israel. Todos estaban de pie.
1 Re 8.55 (Salomón) se puso de pie para bendecir a toda la asamblea de Israel, diciendo en alta voz…
2 Cr 6.3 Se volvió el rey y bendijo a la asamblea de Israel, mientras todos estaban de pie.
Ad mayorem Dei gloria
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