Dr. Jorge Arturo Rodríguez Reyna
Los protestantes nos acusan a los católicos de prohibir casarse a nuestros sacerdotes. Todo parte de una visión sesgada y malintencionada de las cosas. Lo que la Iglesia hace es reservar el sacramento u orden sacerdotal, exclusivamente para hombres que tengan el don de la continencia; es decir, hombres que puedan vivir el celibato, hombres que por amor al Reino han decidido consagrarse totalmente al servicio de Dios en su Iglesia, hombres valientes capaces de dejarlo todo por amor a Cristo, de sacrificar la totalidad de su vida. El celibato de nuestros sacerdotes es tan criticado; pero, sin embargo, es uno de los motivos de gloria de nuestra Iglesia Católica. Por otra parte, no solamente los sacerdotes son célibes, sino también hombres y mujeres que se consagran a la vida religiosa, en las diversas órdenes que existen en el catolicismo. Incluso, personas que no forman parte del clero, deciden vivir sin casarse, para dedicarse íntegramente a la propagación del Reino.
Mt 16.25 El que sacrifique su vida por causa mía, la hallará.
Mt 19.12 ‘Hay otros todavía, que se hicieron tales (incapacitados) por el Reino de los Cielos. ¡Entienda el que pueda!’.
Mc 10.28 Pedro le dijo: ‘Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte’.
Hch 21.9 (Felipe) tenía cuatro hijas que se habían quedado vírgenes y tenían en don de profecía.
1 Cor 7.8 A los solteros y a las viudas les digo que estaría bien que se quedaran como yo.
1 Cor 7.25-26 Respecto a los que se mantienen vírgenes, … yo pienso que ésa es una decisión buena.
1 Cor 7.27 ¿No tienes obligaciones con una mujer? No busques esposa.
1 Cor 7.32-33 El que no se ha casado se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle. No así el que se ha casado…
1 Cor 7.34 La mujer soltera y la joven sin casar se preocupan del servicio del Señor y de ser santas en su cuerpo y en su espíritu.
1 Cor 7.38 El que no se casa obra mejor.
Por último, veamos que en el Cielo, los célibes por Cristo, tienen un privilegio especial, lo que demuestra que de ningún modo el celibato es algo condenable, al contrario, es algo digno de ponderación, tanto así que en los Cielos, siguen a Jesús adondequiera que El vaya:
Ap 14.4 Estos son los que no se mancharon con mujeres: son vírgenes. Estos siguen al Cordero adondequiera que vaya.
Ad mayorem Dei Gloria
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